En el acelerado mundo moderno, el servicio al cliente a decaído considerablemente; dando paso a un mal servicio, en donde se hacen las cosas por el simple hecho de hacerlas, por salir del paso, o simplemente para cumplir con los números; olvidando con ello la buena atención, la cordialidad, ser empáticos con el cliente, de ir mas allá que simplemente cumplir con los requerimientos que nos hacen.
Para marcar la pauta y lograr ese plus que nos diferencie de la gran mayoría, debemos comprometernos con el servicio y hacer que el cliente se sienta como en casa, que nos llegue a ver como una persona en quien pueda confiar.
Día a día tenemos que aprender a escuchar antes de ser escuchados, ser muy observadores y tratar a los clientes como quisiéramos que nos trataran a nosotros.
Si todos los días nos levantamos con el propósito de dar un poco mas de lo que podemos, de no conformarnos con hacer las cosas, sino mas bien hacerlas cada día mejor, estaremos colaborando a tener un mejor entorno. Si queremos que el mundo cambie, tenemos que empezar a caminar diferente.
Jessica Rodríguez
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